Parece que los jugadores del CB Palencia se conforman con hacer buenos partidos, pero no acaban de “rematar la faena” ganando, quizás porque les falta confianza en sus posibilidades, dando la sensación de que no se creen capaces de ganar a los conjuntos de Valladolid o León. ¿Cómo se entiende si no que perdieran de nueve un partido en el que han ganado los parciales de los tres últimos cuartos? Pues por lo dicho anteriormente: el miedo con el que salen al campo les hace recibir un parcial que sentencia el partido, en este caso un 19-6 diferencia que los leoneses supieron administrar muy bien el resto del encuentro.
Defensivamente los morados supieron parar al jugador Laborda, máximo anotador del Leonés, el cual, bien por que siempre tuvo un jugador pendiente de él o bien porque estaba algo lesionado no consiguió llegar a sus números habituales. La presión en todo el campo, que el entrenador moradoquitaba y ponía continuamente, le dio muy buen resultado, así como la presión constante al base contrario. Lo que no supieron defender es el juego del poste Robles, que hizo auténtico daño a los morados sobretodo en el rebote ofensivo. Los leoneses basaban su juego de ataque en penetraciones y en el jugador antes citado.
En ataque es donde peor estuvieron los morados, en estático abusaban del bote yaunque consiguieron sacar bastantes contraataques, muchos de ellos se perdían por correr el hombre de balón por la calle del medio o por fallo debajo de canasta, sucediendo esto en los momentos que tenían ocasión de alcanzar en el tanteo al equipo rival.
En fin aunque muchos quedaron contentos del partido, al cuadro técnico les quedó “mal gusto de boca”, al considerar que el partido se podía haber ganado y por lo menos haber perdido pero por un resultado mucho más ajustado, basket-average que será muy importante a la hora de la clasificación final.
La semana que viene se visita otra vez León, el rival el Agustinos, otro de los conjuntos con los que se pelearán los primeros puestos.
Por último citar la anécdota de que los jugadores morados entraron al Pabellón estando los alrededores limpios de nieve y cuando salieron había unos diez centímetros de nieve. La vuelta en autocar fue un viaje muy lento y algo tenso por este factor climatológico.
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