Partido muy disputado, con muchas alternativas en el marcador, pero que los morados entiendo volvieron a perder principalmente por dos causas que lamentablemente se han repetido en sus últimos partidos: los pésimos comienzos de cada cuarto y cuestiones tácticas.
Para corroborar lo primero podemos hacer alusión a las estadísticas del partido: los visitantes en el primer cuarto llegaron a tener un 2-12 en el minuto cuatro de encuentro y consiguieron un parcial de 2-11 en los seis primeros minutos del tercer cuarto; para demostrar lo segundo basta con citar que los del Hotel Rey Sancho sólo fueron capaces de anotar siete puntos en el tercer cuarto, justo cuando los visitantes pusieron en práctica el 1-3-1 en zona que mantuvieron durante todo el segundo período.
Cierto es que es el cuarto partido consecutivo que los morados pierden contra el conjunto de Filipenses, pero no olvidemos que en este último de los cuatro cuartos los parciales les fueron favorables en tres, ¿cómo es posible perder un partido así?.
El CB Palencia intentó mantener un ritmo de partido muy intenso, con presión en todo el campo después de canasta o en los saques de fondo, presionando constantemente a Luis, base de los colegiales, lo que les dió resultado positivo permitiéndoles remontar, como ya hemos indicado antes, un inicio de partido pésimo.
El segundo cuarto fue de transición, positivo para los morados porque consiguieron que los hombres importantes de Filipenses se cargaran de personales, pero sin conseguir distanciarse en el marcador.
Con esta dinámica y con la sensación de que los del CB Palencia podían ganar el partido, comenzó el tercer cuarto, con los colegiales situados en zona, que perdonazme la repetición se les atragantó por completo a los morados y fue a la postre, a mi entender, la causa más determinante del resultado final.
Se puede decir que el partido fue como se esperaba: un conjunto muy disciplinado, el de Filipenses, con posesiones muy largas y con un trabajo muy serio en defensa y enfrente los del CB Palencia con un gran nerviosismo, con problemas para atacar las defensas zonales, entre otras causas por la falta de tiro exterior y de disciplina táctica.